SANTA IGLESIA CATEDRAL DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN DE JAÉN, en el Camino Mozárabe de Santiago en Jaén
En Jaén se encuentra la única catedral renacentista de Andalucía y que en el 2014 optará a ser Patrimonio de la Humanidad. Es una de las pocas catedrales de España que tiene balcones en su interior, debido a que la reliquia del Santo Rostro se mostraba a los peregrinos en siglos pasados desde dichos balcones.
Desde la Plaza de Santa María da comienzo el inicio del Camino Mozárabe de Santiago por la provincia de Jaén. Una baldosa en dirección a la calle Maestra, indicará a los peregrinos el camino a seguir hasta la tumba del Apóstol Santiago.
Es una de las mejores catedrales del Renacimiento de España. Fue proyectada por Andrés de Vandelvira, uno de los mejores arquitectos del siglo XVI.
Su estampa destaca sobre el caserío de la ciudad. La espaciosa plaza que precede al templo permite la contemplación perfecta de la excepcional fachada, muestra de equilibrio renacentista. Toda simetría la flanquean sus dos torres. Nueve esculturas la adornan. En el centro San Fernando, que liberó de los musulmanes Jaén a mediados del siglo XIII. Fernando III de castilla se representa aquí con sus atributos habituales en la iconografía: corona, espada y bola del mundo. A sus lados los evangelistas y los padres de la Iglesia.
La catedral está construida sobre la antigua mezquita islámica. Es de las llamadas iglesias-salón, de planta rectangular y de gran espacialidad. Caminando por sus naves es esto, el espacio diáfano lo que llama la atención del visitante. Parece desde el interior la iglesia aun más grande de lo que parece desde fuera.
En sus capillas encontramos obras de arte y retablos de interés:
– La Virgen gótica de la Antigua, que está dando de mamar al Niño Jesús.
– La capilla de los Arcángeles, con un cuadro central de Francisco Pancorbo y una buena colección de cuadros de la escuela de Zurbarán.
– Los cuadros de San Fernando y Santiago Matamoros.
– la Virgen de las Angustias de Pedro de Mora (s. XVII). Además de la excelente talla de la Virgen, no dejéis de fijaros en los angelotes que están a los lados de la Virgen y del Cristo yacente, con sus pañuelos de tela y una expresión de tristeza pocas veces conseguida.