Campanario – Medellín (37,33 kms)

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Parte el peregrino por la carretera de Quintana de la Serena y que se dirige a la estación de ferrocarril. Aproximadamente a 200 mts. pasado el polideportivo y 1’5 kms. antes de aquélla, encontramos a la derecha un camino ancho con panel del sendero GR-115. Entre casas, huertos y viñedos, el camino cruza la vía férrea cerca de las ruinas de un molino y el arroyo del Paredón, que más adelante se encuentra represado y que veremos a nuestra derecha, al otro lado de la vía.

A continuación encontramos de nuevo un paisaje de dehesa y de siembra. Algún rebaño de ovejas, de paso de unos pastizales a otros, puede salir a nuestro encuentro. Al poco, veremos a nuestra izquierda en el mismo borde del camino una estructura metálica que cobija las ruinas del conjunto arqueológico de «La Mata», de origen tartésico y que se pueden visitar con la ayuda del guía. Pasado el arroyo del Torvizco, la ancha pista gira a la derecha, para girar al poco a la izquierda, pasando entre bocas de minas abandonadas, dando finalmente en una pista asfaltada.

 

Continuando por ella, con el mismo paisaje de terreno dedicado a la siembra, y salpicado aquí y allá con algunas construcciones ruinosas, divisamos en el horizonte Magacela, recostado su blanco caserío en la falda de un monte, coronado por las ruinas de su castillo árabe asentado sobre un castro romano. En su interior, la iglesia de Santa Ana se levanta sobre la mezquita que allí existió. Aquí, la Orden de Alcántara estableció su Casa Prioral antes de su traslado a la cercana Villanueva de la Serena. Este pueblo puede ser un buen lugar de avituallamiento antes de continuar el camino.

Antes de llegar a las primeras casas de la población, en el Barrio Sobrante del Berrocal encontraremos un pilar-abrevadero donde poder avituallarnos de agua. A pocos metros de aquí, en la carretera que se dirige a la antigua estación de ferrocarril y a la ermita de los Remedios, se encuentra un dolmen. Pasadas estas construcciones, casi en estado ruinoso muchas de ellas, giraremos a la izquierda por una estrecha carretera local que se dirige a La Guarda. Al poco, nos salimos de ella para tomar a nuestra derecha un camino pedregoso en ascenso casi borrado que deja Magacela y su castillo a la derecha, del que tendremos desde aquí unas estupendas vistas. Al llegar a un collado, y siguiendo el GR-115, el camino en descenso termina en la carretera local que se dirige a La Haba.

 

Al llegar a la población, seguimos por la derecha hasta el Ayuntamiento. Tomamos a la izquierda la calle que se encuentra frente a él, observando los blasones de algunas de sus casas y llegando hasta la parroquia dedicada a San Juan Bautista. La Orden de Santiago tuvo reparto de estas tierras tras la reconquista. Dejamos a la derecha la parroquia, para llegar después al matadero. La salida la haremos junto a la Carpintería Pajuelo y un brocal de granito.

 

Por un camino entre sembrados de cereal, donde se hace casi imposible la señalización, nos dirigimos siempre de frente hacia la gran mancha blanca de la población de Don Benito, que al poco se hace visible al frente. El nombre proviene de su fundador y benefactor en el siglo XV. Tras Mérida, es la gran población de la Vega, con unos 30.000 habitantes. La parroquia de Santiago Apóstol es de principios del siglo XVI y consta de tres naves. Otras parroquias son las de San Juan y la de Nuestra Señora del Consuelo. En esta población es posible encontrar refugio gratuito en la Casa de Acogida “Virgen de las Cruces”, junto a la Parroquia de Santa María, con almuerzo y cena gratuitos. Dispone de 14 plazas. Tfno.: 924-805-248.

 

Dejada atrás la comarca de La Serena, nos adentramos ahora en la de la Vega del Guadiana. Un recto andadero junto a la carretera a Medellín nos lleva hasta esta localidad, la antigua Metellinum romana, en la margen izquierda del río Guadiana. Varios kilómetros antes de la llegada ya es avistado su castillo medieval en la cima de una colina, guardián del paso del Valle del Guadiana.

 

Llama la atención que las dos iglesias más interesantes están dedicadas a Santiago, cerrada, y a San Martín, en ruinas. Ambas son del siglo XIII. Pueblo natal de Hernán Cortés, conquistador del imperio azteca, todavía posee hermosas mansiones blasonadas, como el palacio de los Duques de Medinaceli (s. XVI). La parroquia de Santa Cecilia, es del siglo XVI.

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