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El Camino Mozárabe mezcla la religiosidad, la cultura, el turismo, la naturaleza, la deliciosa gastronomía de una provincia única y el encuentro hacia la leyenda y la mística. Los peregrinos disponen de señales que hacen el camino más fácil. Pero ante todo cuentan con la serena hospitalidad de los cordobeses que brindan su sabiduría y su generosidad en los pueblos por donde el itinerario discurre sin pausa.

En ellos el peregrino encontrará infraestructuras hoteleras para todos los bolsillos y restaurantes, bares y tabernas tradicionales que ofrecen en sus cartas lo mejor de la gastronomía de la provincia, basada en el mejor aceite de oliva del mundo. Una sólida red de albergues y acogida invita a los caminantes a descansar. Su trazado, que atraviesa otras provincias andaluzas camino del norte, discurre por un puñado de maravillosos pueblos de las comarcas del Guadajoz y Campiña este y de Los Pedroches.

Dos comarcas

El Guadajoz y la Campiña Este lo forman los municipios de Baena, Castro del Río y Espejo, un paisaje de lomas suaves plantadas de olivos, una tierra de pan y aceite, de cereales y vieja sabiduría, cuyos pueblos expresan lo mejor de la arquitectura medieval y el urbanismo de un tiempo en que estos territorios fueron frontera.

Baena muestra al visitante lo mejor de la arquitectura señorial, almazaras visitables, una plaza mayor de aliento castellano, su Museo del Olivar y un barrio viejo como la Almedina donde la cal y el geranio pontifican la estética de las ciudades medias andaluzas. A Espejo lo enseñorea su castillo y a Castro del Río el populoso y pintoresco Barrio de la Villa, con su acusada impronta musulmana, así como el Museo de Artes y Costumbres Populares donde entender mejor el carácter de estas gentes.

La ciudad de Córdoba acoge templos donde la huella del apóstol Santiago está muy presente. En las iglesias fernandinas de La Ajerquía la concha es una constante estética y religiosa, en especial en el templo consagrado a Santiago, próximo a la ribera del río.

Sierra Morena

El Camino Mozárabe prosigue rumbo norte y se interna por Sierra Morena hacia Cerro Muriano. Los miradores hacia el río mayor de Andalucía que el peregrino encontrará a su paso hablan de un paisaje tierno y maternal, sembrado de encinas y alcornoques. Al norte se extiende la comarca de Los Pedroches, una tierra de granito, dehesa y bellota, una extensa penillanura. El Puerto del Calatraveño ejerce de puerta de entrada natural a la comarca.

Un paisaje de bosque mediterráneo conduce hasta el municipio de Alcaracejos. Está cerca la localidad de Villanueva del Duque, creada a finales del siglo XV. Tuvo una pujante actividad minera que se extendió hasta el siglo XIX, dejando al descubierto una notable arquitectura industrial. El Camino Mozárabe discurre por Fuente Lancha, que fue una aldea dependiente de la bella población de Hinojosa del Duque, donde su iglesia tiene ínfulas de catedral.

En Fuente Lancha, por cierto, es costumbre de los peregrinos orar y descansar en la iglesia de Santa Catalina, el templo principal de la localidad. Antes de que el Camino discurra por otras tierras fuera de Andalucía el caminante entra en Hinojosa y no anda lejos Belalcázar, con su imponente castillo.

Fuente: ocholeguas.com

 

 

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