Aunque pasa por ser una de las más desconocidas celebraciones dedicadas a Santiago Apóstol, pues su conmemoración «desaparece» ya en la Baja Edad Media, también ocupó un lugar importante en las efemérides jacobeas y forma parte del acervo del Camino.
«La fiesta de los milagros de Santiago, cual el del hombre que se había dado muerte a sí mismo y al que resucitó el santo apóstol, y los demás milagros que hizo, fiesta que suele celebrarse el día tres de octubre, la mandó piadosamente celebrar San Anselmo. Y Nos confirmamos esto mismo.»(Codex Calixtinus- Libro III).
Es, sin duda, un buen día para recordar esos «pequeños-grandes» milagros jacobeos que todo peregrino ha vivido en alguna ocasión: encontrar el Camino perdido, la hospitalidad en el lugar más inverosímil, el agua cuando no quedaba…y sobre todo que el Camino siga vivo durante tantos siglos. Buen Camino.