
La vieira para indicar que el peregrino está en el Camino, en cualquier ruta jacobea; la flecha para marcar la dirección a Santiago.
La Federación de Amigos del Camino de Santiago, que reúne a 34 asociaciones de toda España, acaba de zanjar una de las polémicas más controvertidas de las últimas décadas, como es la señalización de las diferentes rutas jacobeas hasta la tumba del Apóstol.
La salomónica decisión «universaliza» la flecha que ‘inventara’ el cura de O Cebreiro Elías Valiña y deja como «neutra» la vieira que, en algunos territorios, se utiliza también para marcar la dirección a Santiago. Así lo anuncia el nuevo presidente de la Federación de Asociaciones del Camino de Santiago y presidente de la asociación leonesa, Luis Gutiérrez Perrino, recientemente elegido, que aclara que con la decisión adoptada, que la Junta de Castilla y León elevará al Consejo Jacobeo —máximo organismo público encargado por velar del Camino—, «ni albergues, ni hostelería, ni tiendas, ni restaurantes» podrán indicar ya la ubicación de sus negocios con la flecha amarilla. «Lo pueden hacer con un cartel, con una flecha blanca… pero la flecha amarilla es única y exclusivamente para indicar la dirección del Camino de Santiago, el que sea: el Francés, el del Norte, el de la Costa…», insiste Perrino
La Federación está explicando la decisión a los ayuntamientos y a la Diputación, en el caso de León, para que se sumen a la iniciativa y promuevan también actuaciones en este sentido. El más adelantado, en este caso, es el Ayuntamiento de Astorga, que ya ha renovado toda su señalización con la flecha amarilla.
El fallecido Elías Valiña no reclamó ni derechos de autor ni el copyright para la que es ya una marca universal. Solo a su sobrina le pidió en sus últimas voluntades que se encargara de que su contribución a la noble causa jacobea se mantuviese. Y todo porque este cura del pequeño pueblo en la frontera entre el Bierzo y Galicia recibía quejas de peregrinos, que no sabían por dónde seguir a Santiago. Tantas recibió que un buen día, en los años 70 del siglo pasado, cogió su Citroën dos caballos y se fue hasta Roncesvalles con un bote de pintura como única medicina para el remedio. Donde pensaba que había dudas, pintaba una flecha amarilla.
Nacido cerca de Sarria (Lugo), Valiña eligió el amarillo porque tiene buena visibilidad y también porque en Francia, en aquella época, se utilizaba para señalizar rutas de montaña. Don Elías murió joven, en 1989, a los 60 años.
El uso de la flecha amarilla no es baladí por la creciente «guerra» entre establecimientos en el Camino de Santiago y por lo que ocurrió con Denise Thiem, la peregrina que fue asesinada cerca de Astorga. Miguel Ángel M.B., el autor confeso de su muerte, pintaba flechas amarillas cerca de su casa para confundir a los peregrinos con el fin de que fueran hasta su finca, un terreno próximo al Camino a la altura de Santa Catalina de Somoza.
Fuente: Diario de León