SS14C1F1Las estadísticas del Camino de Santiago desde principios de los 90 no recogen ningún asesinato durante la caminata de los peregrinos. Al menos oficialmente. La muerte de Denise Thiem en Astorga a manos de un vecino de la localidad es el primer caso.

Pero la sangre ha corrido de otras formas a lo largo de los senderos jacobeos, en su gran mayoría a consecuencia de atropellos de andantes o de personas a lomos de una bicicleta. También por otro tipo de accidentes. El último siniestro mortal, en tierras gallegas, ocurrió este mismo año en O Pino, antes de que las administraciones se pusiesen de acuerdo para incrementar la seguridad vial en el Camino.

Es probable que con las medidas que se están estudiando se aminore el número de muertes, pero desde el año 1993 hasta el final del 2014 han fallecido en accidentes, casi todos atropellos, un total de 31 personas. El dato es de la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, que ha recabado los sucesos mortales en la ruta jacobea, con un total de 129 víctimas mortales.

Y es que al lado de los atropellos, por causas naturales se han quedado en el Camino 98 personas, varias de ellas justamente en el final de la ruta. Algunos, nada más llegar al destino, como el peregrino alemán que murió en una pensión compostelana en el 2011. Y ante las propias barbas del Apóstol han fallecido dos caminantes, uno de ellos el peregrino valenciano José Manuel Caudet, a quien un infarto se lo llevó por delante cuando subía los peldaños para abrazar al Apóstol en el 2008.

Infartos

Muchas muertes se han producido por infartos, lo que aconseja no hacer sobreesfuerzos o revisar la salud previamente. Uno de las víctimas fue el jefe del tenebroso grupo Guerrilleros de Cristo Rey, Mariano Sánchez Covisa, que está enterrado en el cementerio de Boisaca.

Los atropellos han ocurrido en los diferentes tramos de la geografía española, pero más de media docena de cruces están clavadas en Galicia. En las proximidades de Santiago O Pino es uno de los puntos más negros. El suceso más grave ocurrió en el 2013, en que dos peregrinos germanos fueron arrollados por un camión. Incluso el tren se ha sumado a los victimarios, al llevarse por delante a otro peregrino alemán en Sergude en el 2010.

El 2012 fue el ejercicio más negro (11 fallecidos) y el pasado año 2014 el infortunio se alió con siete peregrinos, tres de ellos por accidente. En uno de ellos un romero irlandés pereció al caerse de la bicicleta en Hospital da Condesa (Lugo).

Junto a las muertes fuera del Camino (en Astorga se registraron cuatro de una tacada en un autobús de peregrinación a Compostela), es preciso apuntar en la lista trágica algún ahogamiento. Quizás el colmo de la mala suerte lo tiene el peregrino italiano Guilio Recusani, que en agosto del 2010 celebró haber completado toda la ruta hasta Finisterre con un chapuzón. Y murió ahogado.

Fuente: La Voz de Galicia

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