mission

«Todavía no puedo creerme que esté en Santiago de Compostela, que salí de la puerta de mi casa, que la primera flecha que vi fue en la plaza de Santa María de Jaén y que todo lo he hecho andando». Después de 44 días de ruta, Emilio Revuelta, está pletórico. Ha cumplido su reto de hacer completo el Camino Mozárabe. Ahora reconoce que los primeros días se sentía un poco presionado. «Había salido en los medios de comunicación y tenía temor de no poder completarlo», explica. Pero no ha sido así. El 3 de junio emprendió un viaje único y el pasado 16 de julio lo completó.

Cuando llegó a Santiago de Compostela, su madre y otros familiares lo estaban esperando. Habían viajado hasta allí para encontrarse con él. «Tenía tanta alegría de haber llegado, que si quiera pude emocionarme», relata.

Dice que en estos 44 días de ruta ha vivido muchas experiencias, que ha habido días en que al cuerpo le costaba algo de trabajo ponerse en marcha, pero que en general, no tiene molestias físicas.

«Las dos primeras semanas, tal y como habían avisado, no me encontré con ningún peregrino. No fue hasta que iba andando entre Córdoba y Badajoz cuando me encontré al primero. Fue curioso porque, unos días antes había perdido mi sombrero, y este hombre, al verme me dijo que se lo había encontrado y que me lo había guardado, porque antes o después sabía que se encontraría conmigo», recuerda Emilio.

«Lo más emocionante fue entrar de peregrino en la mezquita de Córdoba, cruzar el puente romano de Mérida, ver Zamora, Salamanca… Fue increíble cuando llegué a Galicia, y sentí un impacto muy grande cuando vi de lejos las torres de Santiago de Compostela». Cuenta el peregrino que, a diferencia de otras personas, y aunque ha tenido mucho tiempo para pensar y reflexionar, nada ha cambiado en su manera de ser o de pensar. «Debo ser una persona con las ideas muy claras, pero eso que dicen de que te cambia la vida, no lo comparto».

Reconoce que ha sido una experiencia única. Una aventura que ha podido hacer ahora, a sus 27 años, pero que no cree que la vuelva a repetir. «Otras rutas del Camino de Santiago sí, pero el Camino Mozárabe requiere de mucho tiempo y de dinero, es para hacerlo una vez», afirma.

Emilio no solo ha cumplido su reto de caminar 1.150 kilómetros, sino que también, el objetivo solidario de esta ruta, ha tenido un final feliz. Antes de empezar el camino, este jienense creó una página web (www.ibayodeperegrino.es) en la que ha ido contando su día a día y en la que ha dividido su recorrido en tramos. La idea era que quien quisiera colaborar podía dar un donativo, que iba directamente a una cuenta del Banco de Alimentos de Jaén, y a cambio, podía poner su nombre a uno de los tramos. También las empresas tenían esa opción, si hacían algún ingreso, al pinchar en un tramo concreto de la ruta, éste enlazaba con la web de la firma.

A falta de cifrar los últimos ingresos, ya que «el último día de ruta fueron varios los que recibí», el peregrino calcula que se han conseguido entre 2.500 y 3.000 euros, que ya están en manos del Banco de Alimentos.

Fuente: IDEAL

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