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Hay una máxima dentro del ‘mundo’ del Camino de Santiago que dice: «el peregrino no exige, el peregrino agradece», pero hay veces que es difícil mantener la calma ante el cúmulo de adversidades. Es lo que le ha pasado a la peregrina Laura que ayer llamó por teléfono, desde Hervás, a la Redacción del Diario HOY en Cáceres, «es que esto no es normal – afirma -. Empezamos el Camino en Cáceres y hasta llegar a Hervás nos hemos encontrado tres albergues cerrados. Hemos tenido que caminar mucho más de lo previsto para encontrar donde poder descansar, y detrás de nosotros vienen más peregrinos que se van a encontrar con este despropósito».

LOS TRES CERRADOS

Garrovillas de Alconétar. Está junto al embalse de Alcántara. Inaugurado en el año 2004 por la Junta tras una inversión de 453.000 euros, en la actualidad está cerrado. Era clave para descansar entre Casar de Cáceres y Cañaveral. Tenía 26 plazas, en habitaciones de seis y dos habitaciones de cuatro.

Oliva de Plasencia. Cerró el pasado mes de enero. La Junta lo abrió en 2004 tras restaurar una casa tradicional de piedra del siglo XVII. Tenía 15 plazas. Se espera su reapertura. Ahora está en obras.

Hervás. Edificio histórico del antiguo muelle de carga de la estación de ferrocarril. Cerró las últimas Navidades. Tenía 22 camas distribuidas en cinco habitaciones. La nueva adjudicataria indica que abrirá antes de un mes.

Acompañada por una amiga, Laura vino desde Toledo a Cáceres, para hacer varias etapas del Camino de Santiago por la Vía de la Plata, que oficialmente comienza en Mérida y termina en Astorga, en donde ya se sigue el Camino Francés hasta llegar a Santiago de Compostela. La primera etapa la hicieron sin problemas, de Cáceres a Casar de Cáceres, una etapa tranquila con pocos kilómetros (unos 12). Luego tenían previsto descansar en el albergue de Garrovillas de Alconétar que está junto al embalse de Alcántara, pero tras caminar más de 20 kilómetros se lo encontraron cerrado, «es una especie de búnker que hay junto al río Tajo. Había unos teléfonos en la puerta para llamar, pero nadie atendía. Tuvimos que seguir hasta Cañaveral». Tras la paliza de más de 30 kilómetros, en un recorrido de dificultad media, descansaron en un albergue particular que les gustó. De Cañaveral fueron al día siguiente a Galisteo. La segunda decepción fue cuando al iniciar la etapa hasta el Arco de Cáparra, decidieron ir al albergue de Oliva de Plasencia, «también estaba cerrado, tuvimos que ir al hostal Asturias a dormir, ese día hicimos 15 kilómetros de más buscando un sitio donde poder descansar». Al día siguiente hicieron otra buena caminata hasta llegar a Hervás, y allí también se encontraron el albergue cerrado.

La oficina de turismo de Hervás ha indicado al Diario HOY que son bastantes los peregrinos que se quejan por encontrarse los albergues cerrados.

Los tres albergues son de la Junta y están gestionados por Gebidexsa. En el caso del de Oliva de Plasencia y el de Hervás se espera que dentro de poco abran tras realizar unas obras, una vez que la concesión la han cogido otras personas. Marta Vázquez es la nueva adjudicataria del albergue de Hervás, que lamenta no estar abierto ante la necesidad de hacer unas obras, «como mucho, dentro de un mes abrimos y luego ya estaremos abiertos a lo largo de 4 años, los 365 días del año».

Lo malo es que los peregrinos que se encuentran las puertas cerradas ya están comentando en internet sus experiencias; y esa no es, precisamente, una buena propaganda.

Fuente: HOY

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