Hace dos años la italiana Jessica Moro y el holandés Marijn Voogt se conocieron y enamoraron en el Camino de Santiago y decidieron dar un vuelco a sus vidas. Dejaron sus trabajos y familias en sus países y se trasladaron a la parroquia de A Balsa, en Triacastela, donde acaban de abrir un albergue de peregrinos.
Según explica Marijn Voogt, la ruta «nos simplificó la vida y supimos lo que queríamos hacer». La pareja, que se conoció en Fisterra, acordó residir en la ruta y terminó en la comarca de Sarria. «No teníamos un plan concreto. Buscábamos un sitio en el campo y después de siete meses lo encontramos en Triacastela. En Galicia hay muchas casas, pero fue difícil localizar una y más en el Camino de Santiago», señala.
Fuente: El Progreso